Por Silvina Morelli *
“Si no encuentras otra forma de resolver los problemas humanos, estás dando marcha atrás en el tiempo” José Saramago
Cuando miramos a nuestro alrededor, la realidad nos aplasta. Esta sensación puede percibirse en muchos espacios sociales que habitamos. Las políticas públicas nos afectan siempre y en la actualidad, son la causa de la gran pauperización social que ya se presenta ante nuestros ojos. Escuchamos y leemos que hay ausencia de políticas públicas promotoras de derechos sociales. No es así. Las políticas públicas se definen por acción u omisión por lo cual hay una decisión política que apunta a no incluir en la redistribución del ingreso a determinados sectores sociales. El resultado es evidente: pobres cada vez más pobres, ricos cada vez más ricos.
Se dice habitualmente que los gobiernos conservadores o liberales siguen recetas económicas de instituciones internacionales de los países centrales que benefician la maximización de las ganancias de las corporaciones empresarias y de los sectores tradicionales de las economías de los países periféricos. No voy a decir que eso no es cierto porque lo es pero además, si uno analiza las decisiones políticas de estos gobiernos a lo largo de la historia de nuestro país puede advertir que están teñidas de un desprecio muy palpable hacia los sectores vulnerables y hacia las minorías.
Con un relato que recuerda el ideario de la edad media donde el sacrificio era el camino hacia la salvación, desde que asumió el gobierno de Cambiemos sus políticas públicas no han parado de mortificar a los sectores más desprotegidos y a las capas medias menos consolidadas en términos de clase. Al desempleo más alto de los últimos veinte años, el incremento desmedido de los precios y la inflación, la disminución de los descuentos en medicamentos a la par del aumento exponencial de su precio, la baja en el número de vacunas, el estancamiento de las jubilaciones y de las pensiones, se suma la baja de 170 mil pensiones por invalidez desde que comenzaron su gestión.
En la lógica de la edad media, se torturaba y martirizaba hasta la muerte a los diferentes, en una suerte de espectáculo dantesco. En la lógica empresarial, los gastos deben reducirse al máximo para que la rentabilidad de los “elegidos” aumente obscenamente. Si nos detenemos en esto y lo relacionamos con los discapacitados que sufren la quita de sus pensiones, tenemos un escenario que espanta. En este sentido y porque los discursos son portadores de ideología, es pertinente pensar que cuando María Eugenia Vidal dijo “cambiamos futuro por pasado” se refería a esto.
El gobierno que eligió el 51% de lxs ciudadanxs, hoy se amalgama a estas lógicas con sus políticas de tierra arrasada en términos de derechos sociales. Esos votantes tal vez puedan ver con más
claridad que han sido estafados por discursos armados que escondían el desprecio hacia los más vulnerables. La identificación de los sectores medios con los “blancos, lindos y puros” del gobierno -tal como los definieron en cierto programa de TV- caerá cuando sientan en su carne que no pertenecen ni pertenecerán jamás a la fiesta elitista. La caída los dejará al descubierto ante ellxs mismxs, sobre quiénes son y dónde pertenecen.
Imagen: “El triunfo de la muerte” (1562), óleo sobre tabla de Pieter Brueghel el Viejo.
*Licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA), especialista en Políticas y Planificación – Consultora de Comunicación Política e Institucional – Escritora – A cargo de la materia “Elementos del Desarrollo Local” en la carrera Política, Gestión y Comunicación de la Universidad Nacional de Avellaneda – Capacitadora
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